Modelos
climáticos utilizados para la elaboración de escenarios para Argentina
Centro
de Investigaciones del Mar y la Atmósfera
El Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera
(CIMA) para el desarrollo de escenarios climáticos dentro de las actividades
habilitantes para la Segunda Comunicación Nacional utilizó el modelo regional
de alta resolución MM5 (Modelo en Mesoescala de 5ta generación del NCAR). Camilloni
y Bidegain (2005), hicieron la validación de los modelos climáticos globales
usados en el informe del IPCC y encontraron que el Modelo acoplado de Atmósfera
y Océano del Hadley Center, versión 3 ( HadCM3) del Reino Unido era uno de los
que mejor representaba el clima (temperatura, presión a nivel del mar y
precipitación) en el sur de Sudamérica. En consecuencia, el modelo MM5-CIMA fue
anidado en el modelo del Hadley Centre HadCM3 para obtener escenarios del
período 2080/2090. Aunque el escenario 2080/2090 es de interés teórico, desde
el punto de vista de la adaptación marca la tendencia, lo que puede ser útil
para un escenario temporal más próximo. Las principales vulnerabilidades
previstas por los modelos climáticos:
I.
Habrá un aumento de la temperatura media sobre todo el territorio del país, y
también sobre las cuencas imbríferas de los grandes ríos del Litoral (ubicadas
en Brasil y Paraguay).
II.
En la Cordillera de los Andes, el noroeste de la Patagonia y Comahue habrá una
reducción de la precipitación media.
III.
En el resto del país no habría cambios importantes en la precipitación media,
respecto de los valores actuales.
IV.
La mayor frecuencia de precipitaciones extremas continuará. En función de ello
se estiman nuevas vulnerabilidades o aumentos de las mismas en varias regiones
y sectores socioeconómicos.
Desde mediados de 1999 el Área de Física Ambiental
del CENPAT cuenta con la versión Mark II del MCG acoplado CSIRO
(Gordon y O'Farrell, 1997), desarrollado en la División de Investigaciones
Atmosféricas (CSIRO, Australia). A través de una valiosa cooperación científica
con esta institución, iniciada en 1994, es posible actualmente diseñar y
ejecutar experimentos climáticos propios para investigar detalladamente los
mecanismos de cambio climático regional. Las principales vulnerabilidades
previstas por los modelos climáticos:
I. El mayor calentamiento se produciría en el
noroeste argentino, con máxima intensidad en el semestre invierno-otoño, y
máxima extensión en verano. La región patagónica y la costa atlántica estarían
expuestas a aumentos de temperatura inferiores a la media global. El grado de acuerdo
respecto a este patrón de variación de la temperatura es elevado.
II. Respecto a las temperaturas extremas, conviene
destacar que un aumento en la temperatura media puede estar acompañado por una
mayor frecuencia de episodios de temperaturas máximas diarias extremadamente
altas, así como una disminución de la frecuencia de temperaturas mínimas
diarias extremadamente bajas.
III. La región occidental y sur del país presentará
disminución de la lluvia en verano y otoño. En cambio, la región oriental evidenciará
un aumento de la lluvia, con dos núcleos de máximo incremento ubicados en el
norte de la Mesopotamia y en la precordillera de Jujuy, Salta y Tucumán.
IV. La zona norte del país presentará en
invierno-primavera aumento de lluvia, a diferencia de la zona de Cuyo y norte
de Patagonia que mostrarán disminución
de precipitaciones, para dicho semestre. La zona sur de Patagonia y Tierra del
Fuego muestra un aumento de lluvia durante el invierno.
Unidad de Investigación Climática de la
Universidad de East Anglia, Norwich, Reino Unido.
La Unidad de Investigación Climática de la
Universidad de East Anglia usó el Modelo Climático MAGICC de Wigley y Sarah
Raper
Las principales vulnerabilidades previstas por los
modelos climáticos:
I. Es probable que Argentina se calentará más
lentamente en el futuro, que el promedio global de temperatura. Sin embargo,
dentro de Argentina, el norte del país se calentará considerablemente más
rápido que el sur.
II. Los cambios futuros
en precipitación difieren entre las regiones del este y del oeste de Argentina.
La precipitación anual declina sobre los Andes, esta puede disminuir en algunos
lugares en alrededor de un 15 por ciento para la década 2080. La región
oriental del país - la zona baja de la Cuenca del Río de la Plata - experimentará
un incremento en la precipitación anual, y aún para la década 2080, todos los
cambios en precipitación son pequeños - menos del 5 por ciento. Este contraste
entre un occidente seco y un oriente húmedo, es más consistente entre las
estaciones.
Tendencias y proyecciones del cambio climático
La intensificación
del efecto invernadero derivada de incrementos en la concentración de CO2
y otros gases en la atmósfera, conducirá a incrementos en la temperatura de
superficie del planeta y a cambios en los ciclos hidrológicos. El Cuarto
Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC)
de 2007 establece que “se harán más frecuentes y severas las sequías, las
inundaciones, las lluvias de gran intensidad y su poder erosivo, las olas de
calor o de frío, y las tormentas y huracanes.
Estudios realizados
en Argentina muestran que la temperatura media anual aumentó 1°C en el último
siglo y que ocurrió un notable aumento de las precipitaciones. Este aumento de
las precipitaciones no significará estar libres de períodos de déficit hídricos
más frecuentes e intensos. Argentina recibe más del 60% de su precipitación
durante el período de diciembre a mayo. La tendencia en precipitación anual
para el siglo como un todo, ha sido de alrededor de 10 %/siglo.
El
análisis de las precipitaciones en la región pampeana indica un corrimiento de
las isohietas hacia el oeste en aproximadamente 200 km . durante el siglo
pasado (Hoffman et al., 1987) y en consecuencia un incremento de las superficies
cultivables y los rendimientos de algunos cultivos (Pascale y Damario, 1996).
Los riesgos asociados a
la expansión agrícola en áreas marginales se expresaron en todo su potencial
durante las últimas campañas, y los escenarios muestran una gran inestabilidad
por la acentuación de las sequías en las zonas marginales.
Escenarios previstos en la Segunda Comunicación Nacional
Un
escenario de cambio climático es una descripción espacial y temporal,
físicamente consistente, de las posibles condiciones climáticas futuras,
expresada cuantitativamente mediante rangos plausibles de las variables
climáticas fundamentales. Esta descripción se basa en un conjunto de
suposiciones sobre la futura evolución de los factores de cambio y en la actual
comprensión científica de nuestro sistema climático (Pittock, 1993, Timothy et
al., 1995).
Estrés hídrico en el Norte y Centro
En el norte y centro del país, debido a las mayores
temperaturas, aumentará considerablemente la evaporación y como no se proyectan
grandes cambios en la precipitación, es probable que se vaya hacia una mayor
aridez, revirtiéndose la tendencia opuesta de las últimas décadas. Esto es de
particular relevancia ante el actual avance de la frontera agropecuaria en el
norte del país, con la consiguiente destrucción del monte y la perdida de la
cubierta vegetal del suelo que, en un clima más árido, conduciría a un proceso de
desertificación.
En esas regiones la precipitación es muy escasa en
invierno, por lo que por la mayor evaporación potencial podrían intensificarse
las sequías invernales, aumentando el estrés hídrico sobre los cultivos y las
pasturas y los riesgos de incendios forestales y de pastizales. En relación a
los efectos del aumento de temperaturas habrá mayor proliferación de insectos
asociados a ambientes cálidos.
Las
olas de calor
Las olas de calor pueden producir impactos en la
agricultura, generando estrés hídrico a causa de la mayor evaporación debida a
las altas temperaturas. El aumento en las temperaturas que pronostican los modelos
para escenarios futuros también se trasladará a las temperaturas extremas.
Aunque las temperaturas mínimas crecerían el doble que las máximas, las olas de
calor pueden ser mucho más frecuentes e intensas debido a que el flujo de aire
con el que se provocan estas situaciones proviene del norte (Rusticucci et al
2003) donde los calentamientos proyectados son mayores. Ello traerá aparejado el
ingreso de masas de aire mucho más cálidas que las actuales cuando el flujo
provenga de esa parte del continente. De esta forma, si bien las zonas que se
verán más afectadas serán las ubicadas en el norte del país –donde se esperan
los mayores incrementos en las temperaturas– . El centro del país como Córdoba,
Rosario, Mendoza y Buenos Aires también se verían afectados por más extremas
olas de calor.
Los
caudales de la Cuenca del Plata
En los últimos 30-40 años, los aumentos en la
precipitación y en los caudales fueron muy importantes. Aunque aún no se sabe
con certeza si estos aumentos estuvieron relacionados o no con el cambio climático
global, su ocurrencia en tiempos recientes indica que podrían presentarse cambios
semejantes en el futuro, con sentido igual u opuesto al recientemente
observado.
Los más recientes escenarios climáticos proyectan
cambios importantes de la temperatura sobre la mayor parte de la cuenca del Plata.
Aunque estos cambios dependen de las emisiones de gases invernadero y del
horizonte de tiempo, los aumentos de temperatura serían de casi 2° C en los próximos
50 años en la región donde se generan la mayor parte de los caudales de la
Cuenca del Plata. Este aumento llevaría a una mayor tasa de evaporación,
produciendo reducciones considerables en los caudales de hasta 20% (Saurral et
al 2006), o sea que se volvería a las condiciones previas a las de la década de
1970; estas reducciones serían mucho mayores hacia fin del siglo si continuara
la tendencia al calentamiento global.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que el aumento
de la concentración de CO2 puede reducir la evaporación en la cuenca
del Plata en una cantidad aún no conocida. Por ello, a pesar de que todos los
modelos proyectan un aumento importante de la temperatura en la cuenca del
Plata y el norte de la Argentina, la reducción de los caudales en la cuenca del
Plata debe considerarse más como una amenaza que una predicción y, por lo
tanto, requiere de mayores y más profundos estudios.
Precipitaciones
intensas e inundaciones
La mayor frecuencia de precipitaciones extremas que
están ocurriendo en la Argentina han sido observadas también en muchas otras
regiones, de modo que aparece reflejado en el informe de síntesis del IPCC 2004.
Igualmente en dicho informe se estima
que esta mayor frecuencia continuará en este siglo. Por lo tanto, no habiendo
resultados en contrario, es de esperar que también en la Argentina se mantengan
o intensifiquen las actuales frecuencias de grandes precipitaciones.
Potencial crisis del agua en Cuyo
Para Cuyo, los diferentes escenarios climáticos
muestran bastante concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones
sobre la Cordillera de los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del
siglo. Estas tendencias decrecientes se vienen ya registrando desde comienzos
del siglo pasado. Además, los escenarios indican un
calentamiento del orden de 1° C, con el consiguiente aumento de la demanda
debida a la mayor evapotranspiración de los cultivos. La mayor demanda de riego
se produce en el verano, por la mayor evaporación, pero también por el tipo de
cultivos (frutales y viñedos) predominantes. El modelado de los ríos cuyanos,
como función de la precipitación nival y la temperatura, indica que el
hidrograma anual de estos ríos continuará modificándose con aumento del caudal
relativo en invierno y primavera y disminución en el verano y otoño. El modelo
hidrológico empleado (Boninsegna y Villalba, 2006) fue forzado con las condiciones externas suministradas
por el modelo de alta resolución del CIMA (Nuñez y Solman, 2006). El cambio del
hidrograma anual se sumaría a la reducción de los caudales agravando los
efectos potenciales del cambio climático global en los oasis de riego.
El riego constituye el máximo uso consuntivo del
agua, siendo en el caso de la cuenca Norte de Mendoza del orden del 80%.
Durante las décadas de 1960 y 1970 hubo una disminución importante de los
caudales de los ríos cordilleranos de Cuyo, que luego se recuperaron. Desde la
década de 1990 se ha vuelto a registrar otra gran disminución de estos caudales.
Lo cierto es que la escasez de 1960/1970 trajo como consecuencia una serie de
medidas que optimizaron el manejo del recurso y comenzaron con la incorporación
masiva del uso de agua subterránea, que en Mendoza se la caracteriza
elocuentemente como el “quinto río”. Esta denominación revela la importancia de
los caudales extraídos del subsuelo, pero también es un recordatorio que esta agua
tiene, en última instancia, el mismo origen que los ríos y es por lo tanto
vulnerable a la disminución de las precipitaciones en la cordillera, proyectada
para los próximos decenios por todos los modelos climáticos. El límite al uso
del agua subterránea está dado por razones económicas e hidrogeológicas. El
costo de la misma es muy superior al de las aguas superficiales, por ello, una vez
agotadas las fuentes de agua superficial, y avanzando por sobre el rendimiento
sostenible del agua subterránea, se da un proceso de sobreexplotación y se
produce la elevación de costos, la degradación de la calidad del agua, y el eventual
agotamiento en áreas de acuíferos más someros. (Llop 2006).
Comahue y Patagonia
En el caso de los valles del Comahue, los caudales
de los ríos seguirían decreciendo con la consiguiente reducción de una fracción
importante de la generación hidroeléctrica del país. En cuanto al riego, aunque
los caudales de los ríos se reducirían en porcentajes significativos (30% en
promedio en las cuencas del Colorado y el Negro), el suministro de agua para el
uso urbano y el riego no se vería afectado. Aún en escenarios extremos de
consumo urbano e industrial, y con una expansión del riego a toda la superficie
con algún grado de aptitud, el caudal del río Negro y sus afluentes no se vería
comprometido. Es diferente el caso del río Colorado, en el que la expansión del
riego a toda el área con aptitud, casi consumiría los caudales actuales y por
lo tanto en el escenario probable de una reducción de sus caudales no se podría
atender la demanda de esa mayor área bajo riego. Como en el caso del río
Colorado, en el río Chubut, donde la reducción del caudal hacia el 2020/2040
sería del orden del 20 %, se llegaría a un tope en la expansión del riego, pero
sólo después de un fuerte crecimiento de la demanda urbana y probablemente
durante la segunda mitad del siglo. No se esperan reducciones de los caudales
en los ríos más australes. Este panorama es muy favorable, pues debido a su
extrema aridez, el agua en la Patagonia es un factor condicionante del
desarrollo que sólo se puede dar a partir de los ríos que nacen en la
Cordillera de los Andes.
Las proyecciones de la temperatura para el
corriente siglo hacen prever que continuará la
tendencia recesiva de los glaciares de la región. La velocidad de este cambio dependerá
en la segunda mitad del siglo del escenario de emisiones globales que se
concrete desde ahora. Aunque no se cuenta con modelos para el pronóstico del
comportamiento de los glaciares de la región, es muy probable que se pierdan
importantes valores paisajísticos. El Glaciar Perito Moreno es una maravilla de la naturaleza
que ofrece cada 4 o 5 años un soberbio espectáculo con el derrumbe de su dique que
retiene las aguas de un lago. Afortunadamente este glaciar es uno de los únicos
dos que no están en retroceso en el Hielo Continental Sur que la Argentina comparte
con Chile, pero seguramente estará en peligro si continúa la tendencia al
calentamiento en toda la región. El retroceso de los glaciares no ha
aportado significativamente al caudal de los ríos de la Patagonia norte y si lo
ha hecho en un 10% al caudal del río Santa Cruz en el sur. En este sentido, la
futura evolución de los glaciares no parece ser demasiado significativa para la
evolución de los caudales medios anuales. Sin embargo, no está aún claro como
influirían esos cambios en la regulación estacional e interanual de esos ríos.
La franja cordillerana húmeda del Comahue y norte
de la Patagonia cuenta con grandes bosques naturales de gran belleza que son un
importante recurso paisajístico y ecológico, y están sometidos a diversas
presiones antrópicas, a la reducción de las precipitaciones y al aumento
gradual de la temperatura. Estas dos tendencias se hacen sentir en el ecotono
entre el bosque y el monte, y su persistencia durante las próximas décadas
favorecerá el avance del monte patagónico sobre el bosque. Este bosque está
también bajo el estrés del fuego, generalmente de origen humano, el que bajo
condiciones más secas y cálidas tendría mayor oportunidad de originarse y
propagarse. Las menores precipitaciones afectarán la producción de los bosques
comerciales. Sin embargo, debido a la escasa magnitud de esta actividad, si
ésta no tuviera una expansión importante, las pérdidas hacia la década del 2020
serían mínimas.
Agricultura
Los escenarios climáticos coinciden en proyectar
incrementos de temperatura sobre todo el país. En cambio, es incierta la
tendencia en materia de precipitaciones, salvo que los eventos extremos podrían
ir en aumento. Ambos factores tienen incidencia significativa sobre el sistema agrícola
ganadero; particularmente, en el desarrollo y rendimiento de los cultivos.
Con una probable estabilización de la precipitación
media en los valores actuales y mayores temperaturas, se tornarían no
sostenibles los sistemas de producción en el norte y noroeste del país con el
agravante que el uso actual de la tierra y las prácticas como el desmonte y la
labranza de suelos de baja aptitud agrícola, pobres en materia orgánica, podrían
inducir procesos de desertificación que impedirían el retorno a las antiguas
condiciones de producción.
Los modelos de productividad analizados en el
componente Vulnerabilidad de la producción agrícola en la región pampeana de
los estudios para la Segunda Comunicación Nacional indican que el impacto
potencial del cambio climático sobre los rendimientos de los cultivos de trigo,
maíz y soja sería levemente perjudicial en la mayor parte de la región, si no
se considera el efecto biológico del incremento de CO2. Si se
considera el efecto del CO2 los rendimientos se incrementarían
también levemente en todas las zonas para los tres cultivos, en ambos escenarios.
En general, habría un equilibrio con mayor
producción de granos en el sur y pérdidas en el norte. Asimismo el cultivo de
soja sería claramente beneficiado. Estas tendencias pueden ser distintas en
algunas zonas y existen incertidumbres originadas en los escenarios de
precipitación, dudas
sobre el efecto de los cambios de concentraciones
de CO2 y por la no consideración de factores como plagas,
enfermedades y malezas. A pesar de todo ello, podría esperarse que, por lo
menos en el corto y mediano plazo, la vulnerabilidad de la agricultura pampeana
al Cambio Climático Global no sea muy significativa. Antes que ello, la mayor
vulnerabilidad podría surgir de la falta de sostenibilidad del sistema de
producción por la tendencia al monocultivo de soja.
Impactos esperados para el sector agropecuario y
forestal argentino
El cambio climático
representa una fuente de riesgo, ante el cual la adaptación es la respuesta
para minimizar los impactos o explotar las oportunidades. La predicción de
eventos extremos es difícil, pero habrá que aceptar que los mismos hoy en día
son mayores, aumentando los riesgos climáticos.
A los fines de
evaluar los efectos del cambio climático sobre los distintos sistemas
productivos se elaboró el siguiente cuadro:
1. Agricultura extensiva de invierno (trigo)
|
1. Aumento de temperaturas y riesgo de contar con menos horas de frío
pueden afectar rendimientos. (-)
|
Temperatura media anual aumentó
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
|
2. Acortamiento del ciclo baja en forma importante el rendimiento.
(-)
|
Mayores períodos cálidos. Prácticamente cierto (99 %)
|
IPCC IV informe 2007
|
|
3. Mayor incidencia de enfermedades (hongos en primavera: Fusarium
graminearum) y posible mayor incidencia de plagas. (-)
|
Incremento de la frecuencia de lluvias y menos frío. Muy probable
(90-99 %).
El desarrollo de esta enfermedad depende fundamentalmente de las condiciones
ambientales imperantes durante el momento de la floración del cultivo, tales
como temperaturas entre 20 a 30°C, lluvias, alta humedad relativa y períodos
de mojado de 48 a 60 horas.
|
IPCC IV informe 2007.
Primera Comunicación Nacional 1996
Moschini, R. et al. 1996 y 1997
|
|
4. Aumento de la productividad en respuesta al aumento de la
fotosíntesis (C3) (+)
|
Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de
producción del trigo incrementaría un 18%.
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
|
|
5. Riesgos incrementados de
estrés hídrico en agosto, septiembre y octubre podría constituir un serio
riesgo en el rendimiento (-).
|
La provisión necesaria de
agua es un requisito esencial durante los estados fenológicos de espigazón y
floración, los cuales se producen aproximadamente en septiembre y octubre de
cada campaña agrícola. De manera que un déficit en la precipitación durante
esos meses y en el mes precedente a los mismos (agosto) podría constituir un
serio riesgo en el rendimiento.
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %).
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña.
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
IPCC IV informe 2007
Heinzenknecht, G.M. 2007
|
2. Ganadería de carne y lechería
|
1. Aumento de las sequías intensas con
disminución de la disponibilidad de forraje y agua. (-)
|
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
Los riesgos asociados a la expansión agrícola
en áreas marginales se observaron en las últimas campañas. Los escenarios
muestran acentuación de la sequía. Las Provincias afectadas serán Buenos
Aires, Córdoba, Santa Fe,
|
Heinzenknecht, G.M. 2007
Norverto, CA. 2007
|
2. Menores pérdidas medias de peso invernal
por menos trabajo de regulación térmica. (+)
|
La Temperatura media anual aumentó
|
Segunda Comunicación
Nacional 2007
|
|
3.
Mayores eventos de estrés calórico estival disminuyendo las pasturas y la
producción de leche. (-)
|
Para
evaluar el impacto ambiental en el ganado lechero, se utiliza comúnmente el
índice de temperatura y humedad (lTH). EI valor del ITH límite (donde
comenzarían a sufrir las vacas de alta producción) se encuentra por encima de
72. Un índice superior a 74 implicaría altos riesgos; los registros de
temperatura media del aire son mayores a 25ºC con una humedad relativa por
encima del 60%. Teniendo en cuenta esto las cunecas afectadas son: Santa Fe y
Córdoba; Entre Ríos; Abasto Rosario; Tucumán (cuenca Trancas).
|
Segunda Comunicación
Nacional 2007.
Gallardo M. y S. Valtorta 2000
|
|
4. Aumento de costos de sanidad animal por
mayor incidencia de plagas (insectos y ácaros). (-)
|
Según
los estudios con los modelos climáticos globales (MCG) indican que el nivel de calentamiento
será menor en la zona austral que en el centro y norte del país, lo que
evidencia la influencia moderadora del océano. Este calentamiento en el
centro y norte del país introduce la amenaza de la posible aparición de
vectores de enfermedades propias de climas tropicales
|
Primera Comunicación
Nacional 1996
Segunda Comunicación
Nacional 2007
|
|
5. Aumento de la mortandad de ganado en las
islas del Delta por inundaciones. (-)
|
El aumento de la amenaza de inundaciones por
el (El Niño) es en otoño. El mes con
mayor riesgo sistémico de inundaciones es marzo.
|
Camilloni, I. y Barros, V. 2000
|
|
6. Aumento medio de la productividad de las
pasturas por más temperatura, lluvia y CO2 (+)
|
Temperatura media anual aumentó
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación
Nacional 2007
|
3. Horti-fruti-viticultura
|
1. Aumento del período libre de heladas. (+)
|
Disminuyó el número de días con heladas/año
en un 10%.
|
Segunda Comunicación
Nacional 2007
|
2. Mayores riesgos de enfermedades y plagas.
Al disminuir las heladas y las bajas temperaturas no se producen cortes en
los ciclos biológicos de las plagas. Por tanto, se incrementarán los daños y
habrá que aumentar los costos de control. (-)
|
La Temperatura media anual aumentó
Disminuyó el número de días con heladas/año
en un 10%.
|
Segunda Comunicación
Nacional 2007
|
|
3. Riesgo de heladas extemporáneas y olas de
frío. (-)
|
Muy probable (90-99 %)
|
IPCC IV informe 2007
|
|
4. Mayores temperaturas nocturnas aumentan la
respiración y disminuyen la productividad primaria neta y la acumulación de
azúcar en los frutos. Esto representa una menor calidad de las vides para la
fabricación de vinos.
|
Prácticamente cierto (>99 %)
|
IPCC IV informe 2007
Hulme
,M. y Sheard, N. 1999
|
|
5. Mayor riesgo de temporales que hagan
perder cantidad y calidad de la producción. (-)
|
Muy probable (90-99 %)
No existe posibilidad de establecer zonas
afectadas porque los modelos utilizados son a nivel regional.
|
IPCC IV informe 2007
|
|
6. Menor número de horas de frío para
especies con requerimientos de
vernalización. Baja floración en
manzanos y perales, y frutas
drupáceas (duraznero, ciruelos, etc.).
(-)
|
Ciertos árboles frutales necesitan días de
frío. Lo importante no es la intensidad del frío (pasando cierta temperatura
crítica) sino las horas de frío, es decir que mucho frío no compensa pocas
horas de baja temperatura.
|
IPCC IV informe 2007
|
|
7. Menor capacidad de riego para frutales por
reducción del caudal de los ríos. (-)
|
En
Cuyo, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante concordancia
entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la Cordillera de
los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del siglo. Estas tendencias
decrecientes se vienen ya registrando desde comienzos del siglo pasado. En los valles del Comahue, los caudales de
los ríos seguirían decreciendo.
|
Segunda Comunicación
Nacional 2007
Hulme ,M. y Sheard, N. 1999
Labraga, J.C. 1998
|
|
4. Cultivos forestales
|
1. Riesgos de incendios incrementados por
veranos secos y olas de calor (-)
|
En
el verano, el calentamiento local simulado por los modelos climáticos
globales (MCG) es máximo en las formaciones: pradera pampeana, delta
bonaerense y entrerriano y la porción
sur de la selva misionera.
|
Labraga, J.C. 1998
Segunda Comunicación
Nacional 2007
Norverto, C. A. 2006
|
2. Riesgo de aumento de incidencia de
enfermedades y plagas (-)
|
Según
los estudios con los modelos climáticos globales (MCG) indican que el nivel de calentamiento
será menor en la zona austral que en el centro y norte del país, lo que
evidencia la influencia moderadora del océano. Este calentamiento en el
centro y norte del país introduce la amenaza de la posible aparición de
vectores de enfermedades propias de climas tropicales.
|
Labtraga, J.C.1998
Segunda Comunicación
Nacional 2007
Norverto, C. A. 2006
|
5. Agricultura de verano (maíz, girasol y soja)
|
1. Aumento de productividad de la soja y girasol (C3) por mayor concentración de CO2 (+)
|
Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de producción de la soja y el girasol se incrementaría en un 34% y 13% respectivamente.
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
|
2. Maíz (C4), responderán de menor manera al aumento de la concentración de CO2. (-)
|
Las plantas C3 (trigo, soja y girasol) incrementarán en mayor proporción sus rindes que las C4 (maíz) por este factor ambiental. Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de producción del maíz se incrementaría un 6% el maíz.
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
| |
3. Riesgos incrementados de estrés hídrico en primavera para la floración del maíz (noviembre-diciembre) podría constituir un serio riesgo en el rendimiento (-).
|
Alrededor de la etapa de floración se determina el número de granos por unidad de superficie (noviembre y diciembre).
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %)
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
IPCC IV informe 2007
Heinzenknecht, G.M. 2007
| |
4. Riesgos incrementados de estrés hídrico en primavera y verano podría constituir para la soja y el girasol un serio riesgo en el rendimiento (-).
|
El estrés hídrico tanto alrededor de la floración (diciembre) como durante el llenado de los granos (febrero y marzo), producen caídas importantes en el rendimiento del girasol. El estrés hídrico tanto alrededor de la floración (diciembre) como durante el llenado de los granos (febrero y marzo), producen caídas importantes en el rendimiento del girasol. reducciones del crecimiento durante el llenado de granos (meses de febrero y marzo) disminuyen más marcadamente el rendimiento de la soja
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %)
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
|
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
IPCC IV informe 2007
Heinzenknecht, G.M. 2007
| |
5. Mayor incidencia de enfermedades
|
En maíz , el “mal de Río Cuarto”, localizado tradicionalmente en zonas restringidas, se difundió últimamente por gran parte de la región. Las siembras tempranas serviría como un escape a la enfermedad. Las royas de las hojas, resultan problemáticas en años con elevada humedad y baja radiación. Para soja las enfermedades fúngicas (Sclerotinia sclerotiorum) es la de mayor impacto sobre la producción, su aparición en ambientes de elevada humedad (del aire y suelo) provoca la podredumbre del tallo. Lo mismo pasa con girasol, la podredumbre del capítulo provocada por el hongo Sclerotinia sclerotiorum es la que afecta en mayor medida la seguridad del cultivo. La verticilosis y el cancro del tallo son igualmente perjudiciales pero con menor difusión.
|
Primera Comunicación Nacional 1996
|
Estrategias para la Adaptación
En este marco de
riesgos incrementados se necesita identificar diversas medidas de adaptación. Las
medidas de adaptación que se recomiendan para superar las vulnerabilidades
expuestas en Argentina son:
·
Mejorar bancos de germoplasma
produciendo materiales genéticos adaptados a los más probables escenarios
climáticos
·
Promover el manejo sustentable de
suelos, incluyendo la siembra directa e inter-siembra
·
Modificar la fecha de siembra
·
Desarrollar reservas forrajeras para épocas de crisis
·
Promover el riego de manera sostenible
·
Aumentar la disponibilidad de agua para el ganado
·
Prevención de incendios
·
Manejar el riesgo (Sistemas de Alerta
Temprana y Planes de Contingencia)
·
Desarrollar y generalizar el uso de Seguros Agrícolas y Forestales
En la Primera
Comunicación Nacional (1996) se establecen estrategias simples como
modificar el calendario agrícola, a través de siembras más tempranas, lo cual permitiría
minimizar las pérdidas de rendimiento en trigo, maíz y girasol. Para el mediano
y largo plazo, otra opción de adaptación propuesta es prolongar el ciclo de
crecimiento mediante el desarrollo de cultivares de trigo con mayor
sensibilidad fotoperiódica, o de genotipos de maíz con mayor duración de la
fase juvenil. También se propone establecer riego suplementario que es otra
tecnología de incipiente difusión, la mayor parte de las reducciones de los
rendimientos previstas para los cultivos de verano podrían neutralizarse con la
aplicación de pequeños montos extras, durante los períodos críticos.
Citas
Bibliográficas
Boninsegna, J. y R. Villalba,
2006: Documento sobre la oferta hídrica en los oasis de riego de Mendoza y San
Juan en escenarios de Cambio Climático Los escenarios de Cambio Climático y el
impacto en los caudales. Proyecto de desarrollo de escenarios climáticos y
estudios de vulnerabilidad. Fundación T. Di Tella- SAyDS.
Camilloni, I. y M. Bidegain,
2005: “Escenarios Climáticos para el Siglo XXI”, páginas 33-40 en el libro El cambio climático en el
Río de la Plata. Ed: V. Barros, A.
Menéndez y G. Nagy. CIMA. Buenos Aires, 200 páginas.
Gallardo M. y Valtorta
S., 2000. Cuando el calor complica la producción: Estrategias para mejorar la
producción de leche en verano. INTA Rafaela. Producir XXI. Año 9, nro. 110, pp 23
Gordon, H. B. y S. P.
O'Farrell, 1997: Transient climate change in the CSIRO
coupled model with dynamic sea ice. Mon. Wea. Rev., 125,
875-907.
Heinzenknecht,
G. M. 2007. Impacto de “El Niño” y “La Niña” en los rendimientos
agrícolas de Argentina. Subproyecto “Riesgo y Seguro Agropecuario”. Oficina de
Riesgo Agropecuario.
Hoffmann, J., Nuñez, S. y Gómez, A. 1987. Fluctuaciones de la precipitación en la Argentina , en lo que va
del siglo. II Congreso Interamericano de Meteorología. V Congreso Argentino de
Meteorología. Buenos Aires. Argentina.
Hulme ,M. y
Sheard, N. 1999: Escenarios
de Cambio Climático para Argentina, Unidad de Investigación Climática,
Norwich, Reino Unido, 6pp.
IPCC, 2001: Climate Change 2001: Impacts, Adaptation & Vulnerability. Contribution of
Working Group II to the Third Assessment Report of the Intergovernmental Panel
on Climate Change (IPCC). McCarthy, J. J., Canziani, O. F. Leary, N A. Dokken, D. J. and White, K. S. (Eds.) Cambridge University
Press , UK . pp 1000 Available from Cambridge University Press, The Edinburgh Building Shaftesbury Road ,
Cambridge CB2 2RU
ENGLAND
IPCC, 2007: Cambio climático 2007: Informe de síntesis.
Contribución de los Grupos de trabajo I, II y III al Cuarto Informe de evaluación
del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático [Equipo
de redacción principal: Pachauri, R.K. y Reisinger, A. (directores de la
publicación)]. IPCC, Ginebra, Suiza, 104 págs.
Inventario de Gases de Efecto Invernadero 1996. 1ª Comunicación
Nacional del Gobierno de la República Argentina
a las Partes de la
Convención Marco de las Nacionaes Unidas sobre Cambio
Climático (1990-1994).
Inventario de Gases de Efecto Invernadero 2000. 2ª Comunicación
Nacional del Gobierno de la República Argentina
a las Partes de la
Convención Marco de las Nacionaes Unidas sobre Cambio
Climático (2004-2005).
Labraga, J. C., 1998:
Escenario de cambio climático para la Argentina. Ciencia Hoy, (8)44, 18-25, 1998. http://www.cenpat.edu.ar/calentamientog/homepage.htm
Llop, A., 2006: “Límites al
crecimiento de las cuencas cuyanas ante los efectos del cambio climático”.
Proyecto de desarrollo de escenarios climáticos y estudios de vulnerabilidad. Fundación T. Di Tella- SAyDS.
Moschini, R and Fortugno, C. 1996. Predicting wheat head blight incidence using models based on
meteorological factors in Pergamino. Argentina . European Journal of
Plant Pathology. Vol. 102:211-218.
Moschini, R.; Pioli, R.; Carmona,
M. y Sacchi, O. 1997. Validación de ecuaciones
empíricas para estimar incidencia y severidad de fusariosis de trigo
(Exposición oral). Actas de XVIII Reunión de la Asociación Argentina de
Ecología. Buenos Aires 21 al 24/04/97
Norverto,
C. A. 2006. Los posibles escenarios de cambio climático en Argentina y sus
efectos sobre los recursos forestales. SAGPyA FORESTAL N° 36.
Norverto, C. A. 2007. Vulnerabilidad del sector agropecuario
al Cambio Climático y posibles medidas de adaptación y mitigación. Documento
elaborado para la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA)
Norverto,
C. A. 2008. Posibles medidas
de adaptación al cambio climático desde la Oficina de Riesgo Agropecuario. Documento
elaborado para la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA)
Nuñez, M. y S. Solman,
2006: “Desarrollo de escenarios climáticos en alta resolución para Patagonia y
zona cordillerana. Período 2020/2030”. Proyecto de desarrollo de escenarios
climáticos y estudios de vulnerabilidad. Fundación T. Di Tella- SAyDS.
Pascale, A. y Damario, E. 1996. Modificación de las condiciones
agroclimáticas para el cultivo del girasol en la Argentina durante el
período 1961-90. Rev. Facultad de Agronomía 16 (1-2): 119-125.
Pittock,
A.B., 1993: Climate Scenario Development, Capítulo
20, Modelling Change in Environmental Systems, Edt. A.B. Jakeman, M.B.
Beck, y M.J. McAleer, Wiley & Sons Ltd.
Rusticucci, M., S. A.
Venegas, y W. M. Vargas, 2003: “Warm and cold
events in Argentina
and their relationship with South Atlantic and
South Pacific Sea
surface temperatures”, J. Geophys. Res., 108(C11), 3356,
doi:10.1029/2003JC001793.
Saurral, R., R. Mezher, y
V. Barros, 2006: “Assessing long-term discharges of the
Plata River ”. 8th International Conference on Southern Hemisphere Meteorology and
Oceanography. Abril 2006, Foz de Iguazú. Proceedings, pág. 821.
Timothy,
C., E. Holopainen , y M. Kanninen (Eds.) 1995: Techniques
for developing regional climatic scenarios for Finland . Academy of Finland, 2/93, 63 pp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario