Las Fotos fueron
tomadas en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”
durante los años que trabajé como investigador.
Entre 1833 y 1835,
Charles Darwin recorre nuestro país y registra las costumbres de los criollos y
de los indígenas, describe la fauna y la flora, y descubre fósiles y describe
caracteres geológicos.
A bordo de bergantín
británico HMS Beagle arriba a la desembocadura del río Negro, donde Juan Manuel
de Rosas, Gobernador de Buenos Aires, tenía establecido su campamento previo a
la conquista del desierto. Gran parte de las provincias de Buenos Aires, La
Pampa y de la región patagónica, estaban habitadas por indígenas.
Con la autorización de
Rosas y el permiso que le fue otorgado por el gobierno de Buenos Aires como
naturalista del Beagle, Darwin inicia sus transectas por la llanura pampeana a
caballo hasta la ciudad de Buenos Aires. Luego de una breve visita a Santa Fe,
nuevamente se embarca y recorre la costa patagónica. Desde allí se dirige a las
Islas Malvinas, las cuales fueron usurpadas a la Argentina un año antes por la
corona británica. Luego visita Tierra del Fuego y recorre las costas chilenas
hasta Santiago de Chile. En marzo de
1835 reingresa a la Argentina atravesando la cordillera por el paso
Potrerillos. En su estadía en Mendoza, Darwin es picado por vinchucas (Triatoma
infestans) y se cree que podría haber contraído el mal de
chagas por los síntomas que presentaba durante su vejez. Al respecto, Darwin
comenta en su diario de viaje: “La noche que pasamos
en la villa de Luján (Mendoza) no pude descansar por haberme visto atacado por
un numeroso y sanguinario grupo de las grandes chinches negras de las Pampas,
pertenecientes al género Benchuca….Era curioso observar su cuerpo durante el
acto de la succión, y ver como en menos de diez minutos se cambiaba desde plano
como una oblea en redondo como una esfera."
Finalmente deja nuestro
país regresando a Chile por el paso Uspallata, por donde 18 años antes había
cruzado el general José de San Martin al frente del ejército de los Andes.
La Teoría
de la Evolución propuesta por Darwin en 1859 no lograba explicar el origen de
nuevos caracteres a nivel de especies. Darwin desconocía las leyes mendelianas
desarrolladas por el austríaco Gregory Mendel (1822-1884). El significado del
trabajo de Mendel fue reconocido a principios del siglo XX, permitiendo así el
surgimiento de la genética, la ciencia que estudia las leyes de la
herencia biológica. Los primeros genetistas demostraron que los nuevos
caracteres surgen del cambio genético (la mutación) desestimando el valor de la
teoría de Darwin para explicar la evolución. En 1959, la Universidad de Chicago
a través de sus especialistas en biología evolutiva desarrollaron las bases de
la nueva Teoría Sintética o Neodarwinismo. Esta teoría
fusionó la visión de Darwin y los nuevos conceptos sobre genética. Para esta
escuela, a través de la selección natural de pequeñas mutaciones, el cambio se
va acumulando gradualmente dando origen así a la evolución biológica. En
las décadas del 1970 y 1980, el Saltacionismo propuesto por
Eldredge y Gould, cuestiona el modelo neodarwinista al plantear que la
acumulación gradual de cambios no podía explicar los grandes saltos evolutivos
que el registro paleontológico mostraba. Hoy en día la teoría de la evolución
sigue siendo mejorada. Actualmente la nueva teoría evolutiva desestima el rol
de la selección natural pero afirma que los grandes saltos son producto de
cambios en un pequeño grupo de genes que controlan el desarrollo de los seres
vivos.
Como
biólogo no puedo dejar de pensar en la selección natural como mecanismo que
define la continuidad de los pequeños y grandes cambios en el proceso de
especiación.
En su libro
“El viaje del Beagle” Darwin relata el descubrimiento de fósiles que fueron
fundamentales para el desarrollo de su Teoría de la Evolución.
Macrauchenia
patachonica
Fue descubierto por
primera vez por Charles Darwin, en las proximidades del Puerto San Julián, en la Patagonia Argentina. Estos restos fueron
descritos por Richard Owen, quien le dio el nombre de Macrauchenia patachonica. Este nombre significa: grande Auchenia,
donde auchenia se refiere a las llamas y guanacos que habitan la Patagonia.
Darwin
comenta lo siguiente: “En el puerto San Julián encontré un esqueleto del Macraquenia patachonica, notable
cuadrúpedo, tan grande como un camello. Pertenece a la misma división o grupo
de los Paquidermos….pero en la estructura de los huesos de su largo cuello
ofrece una evidente relación con el camello, o más bien con el guanaco y llama.
Macrauchenia, es un animal de la
megafauna sudamericana, del Pleistoceno superior que habitó la Argentina,
Bolivia, Uruguay y Brasil, cuya principal característica es la posición
retrasada que presentan las fosas nasales sobre su cráneo; lo que ha llevado a
pensar a los paleontólogos, que este animal tenía una
trompa, lo que le daba un aspecto muy particular. Tenía patas con tres dedos,
lo que le habría permitido moverse con relativa velocidad, tanto en tierra firme
como en lugares pantanosos, a pesar de su masa corporal, calculada alrededor de
una tonelada.
Toxodon
Su
nombre significa "diente inclinado" o "diente en forma de
flecha". Estos mamíferos sudamericanos tenían el tamaño de un hipopótamo
teniendo similares hábitos. Los dientes indican que el Toxodon era una
mezcla de ramoneador y comedor de hierba, que cortaba y masticaba la dura
hierba de la pampa.
Vivieron
desde hace 2,6 millones de años hasta hace 16.500 años. Probablemente fue el
ungulado más abundante en el subcontinente sudamericano.
Muchos
fósiles de toxodontes han sido encontrados junto a puntas de flecha. Esto
indica que los hombres prehistóricos los cazaban, pudiendo ser la causa
principal de su desaparición.
Darwin
comenta lo siguiente: “…el toxodon, tal vez uno de los más extraños animales
que hayan sido descubiertos;,en la talla es igual al elefante o
megaterio…juzgando por la posición de sus ojos, oídos y orificios nasales, era
probablemente acuático como el dugong y el manatí, con el que tienen gran
parentesco.”
Megaterios
Eran
perezosos terrestres, parientes de los actuales, que habitaron América desde el
Plioceno hasta el Holoceno. Se extinguieron hace 8000 años. Medían 6 m de
altura parados en sus patas traseras. Las patas delanteras tenían grandes
garras para la búsqueda de tubérculos y para la defensa. Sus fuertes mandíbulas constaban de 16 molares (8 en cada maxilar) carentes de esmalte. Eran mamíferos hervíboros poco
sociables, aunque actualmente no se descarta una dieta omnívora. Eran animales terrestres, sin duda por su tamaño se veían imposibilitados
de ser arborícolas como sus parientes actuales. Se alimentaban en posición
bípeda.
Darwin
comenta lo siguiente: “El enorme tamaño de los
huesos de los animales megateroideos, incluyendo el Megatherium, Megalonyx, Scelidotherium y Mylodon, es verdaderamente asombroso. Los dientes indican por su
simple estructura que estos animales megateroideos se alimentaban de
substancias vegetales, y probablemente de las hojas y ramitas de los árboles;…
algunos eminentes naturalistas han creído que, como los perezosos, con los que
se relacionan íntimamente, vivían colgados de las ramas, boca abajo y comiendo
las hojas. Sin embargo, es una idea atrevida, por no decir absurda, la de
suponer árboles, aunque sean antediluvianos, con ramas bastante fuertes para
sostener animales tan corpulentos como elefantes.”
Glyptodontes
Los Armadillos han vivido en América del Sur desde hace más o
menos 60 millones de años, y muestran pocos cambios. Los Glyptodontes,
una interesante rama lateral, surgieron hace unos 45 millones de años
(Plioceno) en sudamérica (Patagonia Argentina). Migraron después hacia el norte
por el istmo de Panamá cuando éste unió las Américas. El Glyptodon,
uno de los últimos miembros, era tan grande como un rinoceronte, cubierto por
un caparazón que lo protegía de los dientes de sable - Smilodon. El caparazón estaba formado por placas óseas circulares e
irregulares que constituían un mosaico. También tenía un casco óseo sobre la
cabeza y la cola estaba cubierta con anillos óseos con espinas. Al parecer el Glyptodon
no se alimentaba de hormigas, como sus parientes modernos sino que era
hervíboro. Se cree que eran
cazados por los primitivos, por su carne, y para utilizar sus caparazones como
refugio. Se extinguió hace aproximadamente entre 10.000 u 8.500 años.
Gliptodonte |
dientes de sable Smilodon |
Caballos
Dijo Darwin "Y también hallé
dientes de Toxodon y mastodonte,
junto con el diente de un caballo…/
tuve escrupuloso cuidado de comprobar con toda certeza el hecho de haber quedado sepultado al mismo tiempo con los otros fósiles…¡Ciertamente es un hecho maravilloso de la historia de los mamíferos que en Sudamérica haya vivido y desaparecido un caballo indígena, sucedido en edades posteriores por los introducidos por los colonos españoles!"
tuve escrupuloso cuidado de comprobar con toda certeza el hecho de haber quedado sepultado al mismo tiempo con los otros fósiles…¡Ciertamente es un hecho maravilloso de la historia de los mamíferos que en Sudamérica haya vivido y desaparecido un caballo indígena, sucedido en edades posteriores por los introducidos por los colonos españoles!"
Hace unos 3 millones de años, durante el Plioceno
se unió América del Norte con América del Sur a través del istmo de Panamá, finalizando
así el aislamiento entre ambas masas continentales. Desde ese momento se inició
el intercambio de fauna americana. Desde el norte vinieron hacia el sur
mastodontes, caballos, tigres dientes de sable, osos, ciervos, tapires,
guanacos, pecaríes, zorros y otros mamíferos. De igual modo gliptodontes,
mulitas y comadrejas, entre otros, ingresaron a Norteamérica provenientes del
Hemisferio Sur.
La extinción de los megamamíferos se produjo a
finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno (hace 12.000 - 8.000 años atrás).
Los megaterios y otros grandes mamíferos fueron alimento del hombre primitivo
americano. Se cree que la extinción pudo deberse al cambio climático ya que la
extinción se produce hace 10.000 años coincidiendo con la última glaciación del
cuaternario.
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