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martes, 29 de enero de 2013

LOS RIESGOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO PARA EL SECTOR AGROPECUARIO Y FORESTAL EN ARGENTINA

Modelos climáticos utilizados para la elaboración de escenarios para Argentina
 
Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera
 
El Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) para el desarrollo de escenarios climáticos dentro de las actividades habilitantes para la Segunda Comunicación Nacional utilizó el modelo regional de alta resolución MM5 (Modelo en Mesoescala de 5ta generación del NCAR). Camilloni y Bidegain (2005), hicieron la validación de los modelos climáticos globales usados en el informe del IPCC y encontraron que el Modelo acoplado de Atmósfera y Océano del Hadley Center, versión 3 ( HadCM3) del Reino Unido era uno de los que mejor representaba el clima (temperatura, presión a nivel del mar y precipitación) en el sur de Sudamérica. En consecuencia, el modelo MM5-CIMA fue anidado en el modelo del Hadley Centre HadCM3 para obtener escenarios del período 2080/2090. Aunque el escenario 2080/2090 es de interés teórico, desde el punto de vista de la adaptación marca la tendencia, lo que puede ser útil para un escenario temporal más próximo. Las principales vulnerabilidades previstas por los modelos climáticos:
 
I. Habrá un aumento de la temperatura media sobre todo el territorio del país, y también sobre las cuencas imbríferas de los grandes ríos del Litoral (ubicadas en Brasil y Paraguay).
 
II. En la Cordillera de los Andes, el noroeste de la Patagonia y Comahue habrá una reducción de la precipitación media.
 
III. En el resto del país no habría cambios importantes en la precipitación media, respecto de los valores actuales.
 
IV. La mayor frecuencia de precipitaciones extremas continuará. En función de ello se estiman nuevas vulnerabilidades o aumentos de las mismas en varias regiones y sectores socioeconómicos.
 
Desde mediados de 1999 el Área de Física Ambiental del CENPAT cuenta con la versión Mark II del MCG acoplado CSIRO (Gordon y O'Farrell, 1997), desarrollado en la División de Investigaciones Atmosféricas (CSIRO, Australia). A través de una valiosa cooperación científica con esta institución, iniciada en 1994, es posible actualmente diseñar y ejecutar experimentos climáticos propios para investigar detalladamente los mecanismos de cambio climático regional. Las principales vulnerabilidades previstas por los modelos climáticos:
I. El mayor calentamiento se produciría en el noroeste argentino, con máxima intensidad en el semestre invierno-otoño, y máxima extensión en verano. La región patagónica y la costa atlántica estarían expuestas a aumentos de temperatura inferiores a la media global. El grado de acuerdo respecto a este patrón de variación de la temperatura es elevado.
II. Respecto a las temperaturas extremas, conviene destacar que un aumento en la temperatura media puede estar acompañado por una mayor frecuencia de episodios de temperaturas máximas diarias extremadamente altas, así como una disminución de la frecuencia de temperaturas mínimas diarias extremadamente bajas.
III. La región occidental y sur del país presentará disminución de la lluvia en verano y otoño. En cambio, la región oriental evidenciará un aumento de la lluvia, con dos núcleos de máximo incremento ubicados en el norte de la Mesopotamia y en la precordillera de Jujuy, Salta y Tucumán.
IV. La zona norte del país presentará en invierno-primavera aumento de lluvia, a diferencia de la zona de Cuyo y norte de Patagonia que mostrarán  disminución de precipitaciones, para dicho semestre. La zona sur de Patagonia y Tierra del Fuego muestra un aumento de lluvia durante el invierno.
Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, Norwich, Reino Unido.
 
La  Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia usó el Modelo Climático MAGICC de Wigley y Sarah Raper
Las principales vulnerabilidades previstas por los modelos climáticos:
I. Es probable que Argentina se calentará más lentamente en el futuro, que el promedio global de temperatura. Sin embargo, dentro de Argentina, el norte del país se calentará considerablemente más rápido que el sur.
 
II. Los cambios futuros en precipitación difieren entre las regiones del este y del oeste de Argentina. La precipitación anual declina sobre los Andes, esta puede disminuir en algunos lugares en alrededor de un 15 por ciento para la década 2080. La región oriental del país - la zona baja de la Cuenca del Río de la Plata - experimentará un incremento en la precipitación anual, y aún para la década 2080, todos los cambios en precipitación son pequeños - menos del 5 por ciento. Este contraste entre un occidente seco y un oriente húmedo, es más consistente entre las estaciones.
 
Tendencias y proyecciones del cambio climático
 
La intensificación del efecto invernadero derivada de incrementos en la concentración de CO2 y otros gases en la atmósfera, conducirá a incrementos en la temperatura de superficie del planeta y a cambios en los ciclos hidrológicos. El Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de 2007 establece que “se harán más frecuentes y severas las sequías, las inundaciones, las lluvias de gran intensidad y su poder erosivo, las olas de calor o de frío, y las tormentas y huracanes.
 
Estudios realizados en Argentina muestran que la temperatura media anual aumentó 1°C en el último siglo y que ocurrió un notable aumento de las precipitaciones. Este aumento de las precipitaciones no significará estar libres de períodos de déficit hídricos más frecuentes e intensos. Argentina recibe más del 60% de su precipitación durante el período de diciembre a mayo. La tendencia en precipitación anual para el siglo como un todo, ha sido de alrededor de 10 %/siglo.
 
El análisis de las precipitaciones en la región pampeana indica un corrimiento de las isohietas hacia el oeste en aproximadamente 200 km. durante el siglo pasado (Hoffman et al., 1987) y en consecuencia un incremento de las superficies cultivables y los rendimientos de algunos cultivos (Pascale y Damario, 1996).  Los riesgos asociados a la expansión agrícola en áreas marginales se expresaron en todo su potencial durante las últimas campañas, y los escenarios muestran una gran inestabilidad por la acentuación de las sequías en las zonas marginales.
 
Escenarios previstos en la Segunda Comunicación Nacional
 
Un escenario de cambio climático es una descripción espacial y temporal, físicamente consistente, de las posibles condiciones climáticas futuras, expresada cuantitativamente mediante rangos plausibles de las variables climáticas fundamentales. Esta descripción se basa en un conjunto de suposiciones sobre la futura evolución de los factores de cambio y en la actual comprensión científica de nuestro sistema climático (Pittock, 1993, Timothy et al., 1995).
 
Estrés hídrico en el Norte y Centro
En el norte y centro del país, debido a las mayores temperaturas, aumentará considerablemente la evaporación y como no se proyectan grandes cambios en la precipitación, es probable que se vaya hacia una mayor aridez, revirtiéndose la tendencia opuesta de las últimas décadas. Esto es de particular relevancia ante el actual avance de la frontera agropecuaria en el norte del país, con la consiguiente destrucción del monte y la perdida de la cubierta vegetal del suelo que, en un clima más árido, conduciría a un proceso de desertificación.
En esas regiones la precipitación es muy escasa en invierno, por lo que por la mayor evaporación potencial podrían intensificarse las sequías invernales, aumentando el estrés hídrico sobre los cultivos y las pasturas y los riesgos de incendios forestales y de pastizales. En relación a los efectos del aumento de temperaturas habrá mayor proliferación de insectos asociados a ambientes cálidos.
 
Las olas de calor
Las olas de calor pueden producir impactos en la agricultura, generando estrés hídrico a causa de la mayor evaporación debida a las altas temperaturas. El aumento en las temperaturas que pronostican los modelos para escenarios futuros también se trasladará a las temperaturas extremas. Aunque las temperaturas mínimas crecerían el doble que las máximas, las olas de calor pueden ser mucho más frecuentes e intensas debido a que el flujo de aire con el que se provocan estas situaciones proviene del norte (Rusticucci et al 2003) donde los calentamientos proyectados son mayores. Ello traerá aparejado el ingreso de masas de aire mucho más cálidas que las actuales cuando el flujo provenga de esa parte del continente. De esta forma, si bien las zonas que se verán más afectadas serán las ubicadas en el norte del país –donde se esperan los mayores incrementos en las temperaturas– . El centro del país como Córdoba, Rosario, Mendoza y Buenos Aires también se verían afectados por más extremas olas de calor.
 
Los caudales de la Cuenca del Plata
En los últimos 30-40 años, los aumentos en la precipitación y en los caudales fueron muy importantes. Aunque aún no se sabe con certeza si estos aumentos estuvieron relacionados o no con el cambio climático global, su ocurrencia en tiempos recientes indica que podrían presentarse cambios semejantes en el futuro, con sentido igual u opuesto al recientemente observado.
Los más recientes escenarios climáticos proyectan cambios importantes de la temperatura sobre la mayor parte de la cuenca del Plata. Aunque estos cambios dependen de las emisiones de gases invernadero y del horizonte de tiempo, los aumentos de temperatura serían de casi 2° C en los próximos 50 años en la región donde se generan la mayor parte de los caudales de la Cuenca del Plata. Este aumento llevaría a una mayor tasa de evaporación, produciendo reducciones considerables en los caudales de hasta 20% (Saurral et al 2006), o sea que se volvería a las condiciones previas a las de la década de 1970; estas reducciones serían mucho mayores hacia fin del siglo si continuara la tendencia al calentamiento global.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que el aumento de la concentración de CO2 puede reducir la evaporación en la cuenca del Plata en una cantidad aún no conocida. Por ello, a pesar de que todos los modelos proyectan un aumento importante de la temperatura en la cuenca del Plata y el norte de la Argentina, la reducción de los caudales en la cuenca del Plata debe considerarse más como una amenaza que una predicción y, por lo tanto, requiere de mayores y más profundos estudios.
 
Precipitaciones intensas e inundaciones
La mayor frecuencia de precipitaciones extremas que están ocurriendo en la Argentina han sido observadas también en muchas otras regiones, de modo que aparece reflejado en el informe de síntesis del IPCC 2004.  Igualmente en dicho informe se estima que esta mayor frecuencia continuará en este siglo. Por lo tanto, no habiendo resultados en contrario, es de esperar que también en la Argentina se mantengan o intensifiquen las actuales frecuencias de grandes precipitaciones.
 
Potencial crisis del agua en Cuyo
Para Cuyo, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la Cordillera de los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del siglo. Estas tendencias decrecientes se vienen ya registrando desde comienzos
del siglo pasado. Además, los escenarios indican un calentamiento del orden de 1° C, con el consiguiente aumento de la demanda debida a la mayor evapotranspiración de los cultivos. La mayor demanda de riego se produce en el verano, por la mayor evaporación, pero también por el tipo de cultivos (frutales y viñedos) predominantes. El modelado de los ríos cuyanos, como función de la precipitación nival y la temperatura, indica que el hidrograma anual de estos ríos continuará modificándose con aumento del caudal relativo en invierno y primavera y disminución en el verano y otoño. El modelo hidrológico empleado (Boninsegna y Villalba, 2006) fue forzado con las condiciones externas suministradas por el modelo de alta resolución del CIMA (Nuñez y Solman, 2006). El cambio del hidrograma anual se sumaría a la reducción de los caudales agravando los efectos potenciales del cambio climático global en los oasis de riego.
El riego constituye el máximo uso consuntivo del agua, siendo en el caso de la cuenca Norte de Mendoza del orden del 80%. Durante las décadas de 1960 y 1970 hubo una disminución importante de los caudales de los ríos cordilleranos de Cuyo, que luego se recuperaron. Desde la década de 1990 se ha vuelto a registrar otra gran disminución de estos caudales. Lo cierto es que la escasez de 1960/1970 trajo como consecuencia una serie de medidas que optimizaron el manejo del recurso y comenzaron con la incorporación masiva del uso de agua subterránea, que en Mendoza se la caracteriza elocuentemente como el “quinto río”. Esta denominación revela la importancia de los caudales extraídos del subsuelo, pero también es un recordatorio que esta agua tiene, en última instancia, el mismo origen que los ríos y es por lo tanto vulnerable a la disminución de las precipitaciones en la cordillera, proyectada para los próximos decenios por todos los modelos climáticos. El límite al uso del agua subterránea está dado por razones económicas e hidrogeológicas. El costo de la misma es muy superior al de las aguas superficiales, por ello, una vez agotadas las fuentes de agua superficial, y avanzando por sobre el rendimiento sostenible del agua subterránea, se da un proceso de sobreexplotación y se produce la elevación de costos, la degradación de la calidad del agua, y el eventual agotamiento en áreas de acuíferos más someros. (Llop 2006).
 
Comahue y Patagonia
En el caso de los valles del Comahue, los caudales de los ríos seguirían decreciendo con la consiguiente reducción de una fracción importante de la generación hidroeléctrica del país. En cuanto al riego, aunque los caudales de los ríos se reducirían en porcentajes significativos (30% en promedio en las cuencas del Colorado y el Negro), el suministro de agua para el uso urbano y el riego no se vería afectado. Aún en escenarios extremos de consumo urbano e industrial, y con una expansión del riego a toda la superficie con algún grado de aptitud, el caudal del río Negro y sus afluentes no se vería comprometido. Es diferente el caso del río Colorado, en el que la expansión del riego a toda el área con aptitud, casi consumiría los caudales actuales y por lo tanto en el escenario probable de una reducción de sus caudales no se podría atender la demanda de esa mayor área bajo riego. Como en el caso del río Colorado, en el río Chubut, donde la reducción del caudal hacia el 2020/2040 sería del orden del 20 %, se llegaría a un tope en la expansión del riego, pero sólo después de un fuerte crecimiento de la demanda urbana y probablemente durante la segunda mitad del siglo. No se esperan reducciones de los caudales en los ríos más australes. Este panorama es muy favorable, pues debido a su extrema aridez, el agua en la Patagonia es un factor condicionante del desarrollo que sólo se puede dar a partir de los ríos que nacen en la Cordillera de los Andes.
Las proyecciones de la temperatura para el corriente siglo hacen prever que continuará la tendencia recesiva de los glaciares de la región. La velocidad de este cambio dependerá en la segunda mitad del siglo del escenario de emisiones globales que se concrete desde ahora. Aunque no se cuenta con modelos para el pronóstico del comportamiento de los glaciares de la región, es muy probable que se pierdan importantes valores paisajísticos. El Glaciar Perito Moreno es una maravilla de la naturaleza que ofrece cada 4 o 5 años un soberbio espectáculo con el derrumbe de su dique que retiene las aguas de un lago. Afortunadamente este glaciar es uno de los únicos dos que no están en retroceso en el Hielo Continental Sur que la Argentina comparte con Chile, pero seguramente estará en peligro si continúa la tendencia al calentamiento en toda la región. El retroceso de los glaciares no ha aportado significativamente al caudal de los ríos de la Patagonia norte y si lo ha hecho en un 10% al caudal del río Santa Cruz en el sur. En este sentido, la futura evolución de los glaciares no parece ser demasiado significativa para la evolución de los caudales medios anuales. Sin embargo, no está aún claro como influirían esos cambios en la regulación estacional e interanual de esos ríos.
La franja cordillerana húmeda del Comahue y norte de la Patagonia cuenta con grandes bosques naturales de gran belleza que son un importante recurso paisajístico y ecológico, y están sometidos a diversas presiones antrópicas, a la reducción de las precipitaciones y al aumento gradual de la temperatura. Estas dos tendencias se hacen sentir en el ecotono entre el bosque y el monte, y su persistencia durante las próximas décadas favorecerá el avance del monte patagónico sobre el bosque. Este bosque está también bajo el estrés del fuego, generalmente de origen humano, el que bajo condiciones más secas y cálidas tendría mayor oportunidad de originarse y propagarse. Las menores precipitaciones afectarán la producción de los bosques comerciales. Sin embargo, debido a la escasa magnitud de esta actividad, si ésta no tuviera una expansión importante, las pérdidas hacia la década del 2020 serían mínimas.
 
Agricultura
Los escenarios climáticos coinciden en proyectar incrementos de temperatura sobre todo el país. En cambio, es incierta la tendencia en materia de precipitaciones, salvo que los eventos extremos podrían ir en aumento. Ambos factores tienen incidencia significativa sobre el sistema agrícola ganadero; particularmente, en el desarrollo y rendimiento de los cultivos.
Con una probable estabilización de la precipitación media en los valores actuales y mayores temperaturas, se tornarían no sostenibles los sistemas de producción en el norte y noroeste del país con el agravante que el uso actual de la tierra y las prácticas como el desmonte y la labranza de suelos de baja aptitud agrícola, pobres en materia orgánica, podrían inducir procesos de desertificación que impedirían el retorno a las antiguas condiciones de producción.
Los modelos de productividad analizados en el componente Vulnerabilidad de la producción agrícola en la región pampeana de los estudios para la Segunda Comunicación Nacional indican que el impacto potencial del cambio climático sobre los rendimientos de los cultivos de trigo, maíz y soja sería levemente perjudicial en la mayor parte de la región, si no se considera el efecto biológico del incremento de CO2. Si se considera el efecto del CO2 los rendimientos se incrementarían también levemente en todas las zonas para los tres cultivos, en ambos escenarios.
En general, habría un equilibrio con mayor producción de granos en el sur y pérdidas en el norte. Asimismo el cultivo de soja sería claramente beneficiado. Estas tendencias pueden ser distintas en algunas zonas y existen incertidumbres originadas en los escenarios de precipitación, dudas
sobre el efecto de los cambios de concentraciones de CO2 y por la no consideración de factores como plagas, enfermedades y malezas. A pesar de todo ello, podría esperarse que, por lo menos en el corto y mediano plazo, la vulnerabilidad de la agricultura pampeana al Cambio Climático Global no sea muy significativa. Antes que ello, la mayor vulnerabilidad podría surgir de la falta de sostenibilidad del sistema de producción por la tendencia al monocultivo de soja.
 
Impactos esperados para el sector agropecuario y forestal argentino
 
El cambio climático representa una fuente de riesgo, ante el cual la adaptación es la respuesta para minimizar los impactos o explotar las oportunidades. La predicción de eventos extremos es difícil, pero habrá que aceptar que los mismos hoy en día son mayores, aumentando los riesgos climáticos.
 
A los fines de evaluar los efectos del cambio climático sobre los distintos sistemas productivos se elaboró el siguiente cuadro:
 
 Efectos negativos (-) y positivos (+) esperables producto del cambio climático sobre distintos rubros agropecuarios en Argentina
 
1. Agricultura extensiva de invierno (trigo)
1. Aumento de temperaturas y riesgo de contar con menos horas de frío pueden afectar rendimientos. (-)
 
 
 
 
Temperatura media anual aumentó 1ºC en el último siglo. La década de 1990 fue la más cálida, siendo 1995 el año más caliente. El aumento de la temperatura se observó en todas las estaciones, siendo mayor en invierno (junio-agosto).
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
2. Acortamiento del ciclo baja en forma importante el rendimiento. (-)
Mayores períodos cálidos. Prácticamente cierto (99 %)
IPCC IV informe 2007
 
3. Mayor incidencia de enfermedades (hongos en primavera:  Fusarium graminearum) y posible mayor incidencia de plagas. (-)
 
Incremento de la frecuencia de lluvias y menos frío. Muy probable (90-99 %).
El desarrollo de esta enfermedad depende  fundamentalmente de las condiciones ambientales imperantes durante el momento de la floración del cultivo, tales como temperaturas entre 20 a 30°C, lluvias, alta humedad relativa y períodos de mojado de 48 a 60 horas.
IPCC IV informe 2007.
Primera Comunicación Nacional 1996
Moschini, R. et al. 1996 y 1997
 
4. Aumento de la productividad en respuesta al aumento de la fotosíntesis (C3) (+)
Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de producción del trigo incrementaría un 18%.
 
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
 
 
5.  Riesgos incrementados de estrés hídrico en agosto, septiembre y octubre podría constituir un serio riesgo en el rendimiento (-).
 
La provisión necesaria de agua es un requisito esencial durante los estados fenológicos de espigazón y floración, los cuales se producen aproximadamente en septiembre y octubre de cada campaña agrícola. De manera que un déficit en la precipitación durante esos meses y en el mes precedente a los mismos (agosto) podría constituir un serio riesgo en el rendimiento.
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %).
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña.
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
 
 
 
 
 
IPCC IV informe 2007
 
Heinzenknecht, G.M. 2007
  
 
2. Ganadería de carne y lechería
1. Aumento de las sequías intensas con disminución de la disponibilidad de forraje y agua. (-)
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
Los riesgos asociados a la expansión agrícola en áreas marginales se observaron en las últimas campañas. Los escenarios muestran acentuación de la sequía. Las Provincias afectadas serán Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y San Luis, estas 2 últimas serán las más afectadas.
Heinzenknecht, G.M. 2007
Norverto, CA. 2007
 
2. Menores pérdidas medias de peso invernal por menos trabajo de regulación térmica. (+)
La Temperatura media anual aumentó 1ºC en el último siglo. El aumento de la temperatura se observó en todas las estaciones, siendo mayor en invierno (junio-agosto). Aumento de la temperatura mínima.
 
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
 3. Mayores eventos de estrés calórico estival disminuyendo las pasturas y la producción de leche. (-)
Para evaluar el impacto ambiental en el ganado lechero, se utiliza comúnmente el índice de temperatura y humedad (lTH). EI valor del ITH límite (donde comenzarían a sufrir las vacas de alta producción) se encuentra por encima de 72. Un índice superior a 74 implicaría altos riesgos; los registros de temperatura media del aire son mayores a 25ºC con una humedad relativa por encima del 60%. Teniendo en cuenta esto las cunecas afectadas son: Santa Fe y Córdoba; Entre Ríos; Abasto Rosario; Tucumán (cuenca Trancas).
Segunda Comunicación Nacional 2007.
Gallardo M. y S. Valtorta 2000
 
4. Aumento de costos de sanidad animal por mayor incidencia de plagas (insectos y ácaros). (-)
Según los estudios con los modelos climáticos globales  (MCG) indican que el nivel de calentamiento será menor en la zona austral que en el centro y norte del país, lo que evidencia la influencia moderadora del océano. Este calentamiento en el centro y norte del país introduce la amenaza de la posible aparición de vectores de enfermedades propias de climas tropicales
 
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
 
5. Aumento de la mortandad de ganado en las islas del Delta por inundaciones. (-)
El aumento de la amenaza de inundaciones por el  (El Niño) es en otoño. El mes con mayor riesgo sistémico de inundaciones es marzo.
Camilloni, I. y Barros, V. 2000
 
6. Aumento medio de la productividad de las pasturas por más temperatura, lluvia y CO2 (+)
Temperatura media anual aumentó 1ºC en el último siglo. El aumento de la temperatura se observó en todas las estaciones, siendo mayor en invierno (junio-agosto). Aumento de la temperatura mínima.  Notable aumento  de las precipitaciones.
 
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
  
3. Horti-fruti-viticultura
1. Aumento del período libre de heladas. (+)
Disminuyó el número de días con heladas/año en un 10%.
 
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
2. Mayores riesgos de enfermedades y plagas. Al disminuir las heladas y las bajas temperaturas no se producen cortes en los ciclos biológicos de las plagas. Por tanto, se incrementarán los daños y habrá que aumentar los costos de control. (-)
La Temperatura media anual aumentó 1ºC en el último siglo. El aumento de la temperatura se observó en todas las estaciones, siendo mayor en invierno (junio-agosto). Aumento de la temperatura mínima.
Disminuyó el número de días con heladas/año en un 10%.
 
Segunda Comunicación Nacional 2007
 
3. Riesgo de heladas extemporáneas y olas de frío. (-)
Muy probable (90-99 %)
IPCC IV informe 2007
 
4. Mayores temperaturas nocturnas aumentan la respiración y disminuyen la productividad primaria neta y la acumulación de azúcar en los frutos. Esto representa una menor calidad de las vides para la fabricación de vinos. 
Prácticamente cierto (>99 %)
IPCC IV informe 2007
Hulme ,M. y Sheard, N. 1999
 
 
5. Mayor riesgo de temporales que hagan perder cantidad y calidad de la producción. (-)
Muy probable (90-99 %)
No existe posibilidad de establecer zonas afectadas porque los modelos utilizados son a nivel regional.
IPCC IV informe 2007
 
6. Menor número de horas de frío para especies con requerimientos de  vernalización. Baja floración en  manzanos y perales, y frutas  drupáceas (duraznero, ciruelos, etc.).
(-)
Ciertos árboles frutales necesitan días de frío. Lo importante no es la intensidad del frío (pasando cierta temperatura crítica) sino las horas de frío, es decir que mucho frío no compensa pocas horas de baja temperatura.     
IPCC IV informe 2007
 
7. Menor capacidad de riego para frutales por reducción del caudal de los ríos. (-)
En Cuyo, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la Cordillera de los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del siglo. Estas tendencias decrecientes se vienen ya registrando desde comienzos del siglo pasado.  En los valles del Comahue, los caudales de los ríos seguirían decreciendo.
Segunda Comunicación Nacional 2007
Hulme ,M. y Sheard, N. 1999
Labraga, J.C. 1998
 
4. Cultivos forestales
1. Riesgos de incendios incrementados por veranos secos y olas de calor (-)
En el verano, el calentamiento local simulado por los modelos climáticos globales (MCG) es máximo en las formaciones: pradera pampeana, delta bonaerense y entrerriano y la porción  sur de la selva misionera.
Labraga, J.C. 1998
Segunda Comunicación Nacional 2007
Norverto, C. A. 2006
 
2. Riesgo de aumento de incidencia de enfermedades y plagas (-)
Según los estudios con los modelos climáticos globales  (MCG) indican que el nivel de calentamiento será menor en la zona austral que en el centro y norte del país, lo que evidencia la influencia moderadora del océano. Este calentamiento en el centro y norte del país introduce la amenaza de la posible aparición de vectores de enfermedades propias de climas tropicales.
Labtraga, J.C.1998
Segunda Comunicación Nacional 2007
Norverto, C. A. 2006
 
5. Agricultura de verano (maíz, girasol y soja)
1. Aumento de productividad de la soja y girasol (C3) por mayor concentración de CO2 (+)
Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de producción de la soja y el girasol se incrementaría en un 34% y 13% respectivamente.
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
2. Maíz (C4), responderán de menor manera al aumento de la concentración de CO2. (-)
Las plantas C3 (trigo, soja y girasol) incrementarán en mayor proporción sus rindes que las C4 (maíz) por este factor ambiental. Según las Comunicaciones Nacionales si la concentración de CO2 se elevara a 550 ppmv (sin modificarse la temperatura) el potencial de producción del maíz se incrementaría un 6% el maíz.
Primera Comunicación Nacional 1996
Segunda Comunicación Nacional 2007
3. Riesgos incrementados de estrés hídrico en primavera para la floración del maíz (noviembre-diciembre) podría constituir un serio riesgo en el rendimiento (-).
Alrededor de la etapa de floración se determina el número de granos por unidad de superficie (noviembre y diciembre).
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %)
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
IPCC IV informe 2007
Heinzenknecht, G.M. 2007
4. Riesgos incrementados de estrés hídrico en primavera y verano podría constituir para la soja y el girasol un serio riesgo en el rendimiento (-).
El estrés hídrico tanto alrededor de la floración (diciembre) como durante el llenado de los granos (febrero y marzo), producen caídas importantes en el rendimiento del girasol. El estrés hídrico tanto alrededor de la floración (diciembre) como durante el llenado de los granos (febrero y marzo), producen caídas importantes en el rendimiento del girasol. reducciones del crecimiento durante el llenado de granos (meses de febrero y marzo) disminuyen más marcadamente el rendimiento de la soja
Incremento de las áreas afectadas por sequías. Probable (66-90 %)
Aumento de la amenaza de sequía por La Niña
Primera Comunicación Nacional 1996
Norverto, C.A. 2008
IPCC IV informe 2007
Heinzenknecht, G.M. 2007
5. Mayor incidencia de enfermedades
En maíz , el “mal de Río Cuarto”, localizado tradicionalmente en zonas restringidas, se difundió últimamente por gran parte de la región. Las siembras tempranas serviría como un escape a la enfermedad. Las royas de las hojas, resultan problemáticas en años con elevada humedad y baja radiación. Para soja las enfermedades fúngicas (Sclerotinia sclerotiorum) es la de mayor impacto sobre la producción, su aparición en ambientes de elevada humedad (del aire y suelo) provoca la podredumbre del tallo. Lo mismo pasa con girasol, la podredumbre del capítulo provocada por el hongo Sclerotinia sclerotiorum es la que afecta en mayor medida la seguridad del cultivo. La verticilosis y el cancro del tallo son igualmente perjudiciales pero con menor difusión.
Primera Comunicación Nacional 1996
 
Estrategias para la Adaptación
 
En este marco de riesgos incrementados se necesita identificar diversas medidas de adaptación. Las medidas de adaptación que se recomiendan para superar las vulnerabilidades expuestas en Argentina son:
 
·                    Mejorar bancos de germoplasma produciendo materiales genéticos adaptados a los más probables escenarios climáticos
·                    Promover el manejo sustentable de suelos, incluyendo la siembra directa e inter-siembra
·                    Modificar la fecha de siembra
·                    Desarrollar reservas forrajeras para épocas de crisis
·                    Promover el riego de manera sostenible
·                    Aumentar la disponibilidad de agua para el ganado
·                    Prevención de incendios
·                    Manejar el riesgo (Sistemas de Alerta Temprana y Planes de Contingencia)
·                    Desarrollar y generalizar el uso de Seguros Agrícolas y Forestales
En la Primera Comunicación Nacional (1996) se establecen estrategias simples como modificar el calendario agrícola, a través de siembras más tempranas, lo cual permitiría minimizar las pérdidas de rendimiento en trigo, maíz y girasol. Para el mediano y largo plazo, otra opción de adaptación propuesta es prolongar el ciclo de crecimiento mediante el desarrollo de cultivares de trigo con mayor sensibilidad fotoperiódica, o de genotipos de maíz con mayor duración de la fase juvenil. También se propone establecer riego suplementario que es otra tecnología de incipiente difusión, la mayor parte de las reducciones de los rendimientos previstas para los cultivos de verano podrían neutralizarse con la aplicación de pequeños montos extras, durante los períodos críticos.
 
Citas Bibliográficas
 
Boninsegna, J. y R. Villalba, 2006: Documento sobre la oferta hídrica en los oasis de riego de Mendoza y San Juan en escenarios de Cambio Climático Los escenarios de Cambio Climático y el impacto en los caudales. Proyecto de desarrollo de escenarios climáticos y estudios de vulnerabilidad. Fundación T. Di Tella- SAyDS.
 
Camilloni, I. y M. Bidegain, 2005: “Escenarios Climáticos para el Siglo XXI”, páginas 33-40 en el libro El cambio climático en el
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