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miércoles, 16 de febrero de 2011

Guía de Buenas Prácticas Ambientales para Instituciones Educativas

En la segunda entrega describimos la importancia que tiene el sistema educativo y las instituciones en la toma de conciencia de los problemas ambientales, como por ejemplo el cambio climático. Asimismo, se sugirieron cambios de conducta para mitigar los Gases de Efecto Invernadero (GEIs) y se demostró su reducción cuantificando las emisiones a través de la Huella de Carbono. Esta tercera entrega tiene por objeto presentar una Guía de Buenas Prácticas para las Instituciones Educativas para reducir emisiones de GEIs y ahorrar recursos e insumos. Esto permitirá a las instituciones reducir costos y mejorar el ambiente por implementar una gestión sustentable.
Actualmente a nivel mundial se establecen criterios para mejorar la gestión y el uso sostenible de los recursos. En todas las actividades institucionales se pueden elaborar criterios que permiten reducir costos y mejorar el ambiente. En este sentido he elaborado a modo de ejemplo una guía de buenas prácticas ambientales para instituciones educativas. Como podrán ver a través de la lectura del presente artículo, los criterios seleccionados son: reducción del consumo y eficiencia del uso de los insumos en energía, climatización, agua, limpieza, residuos, atmósfera, y uso del papel. Para tal fin y para cada criterio se establecen medidas que generan un orden que se puede cumplimentar reduciendo los costos de la institución y favoreciendo el medioambiente.


Energía
El consumo moderado de energía contribuye de forma indirecta a que se generen menos gases de efecto invernadero y a que se reduzca el consumo de recursos energéticos no renovables. La iluminación es una parte importante de los establecimientos educativos, pero a veces se consume más de lo necesario como consecuencia de que no se aplican criterios medioambientales a la hora de planificar la iluminación. Por ello, es importante tener en cuenta que con pequeñas medidas diarias de ahorro se puede hacer mucho.
Sustituir el alumbrado incandescente por lámparas de sodio o tubos fluorescentes, ya que se reduce el consumo de energía eléctrica y la emisión de dióxido de carbono.
Asegurarse de que los niveles de iluminación son adecuados y no existe un exceso de luz en zonas poco visitadas o donde su incidencia no es importante. Por cada kilovatio hora (Kwh) de electricidad que se ahorre se evita la emisión de aproximadamente 800 gramos de CO2.
El polvo y la suciedad restan efectividad a la iluminación. Por ello, se deben mantener limpias las lámparas y tubos fluorescentes, empleando artefactos y apliques traslúcidos en lugar de opacos. La acumulación de polvo en los sistemas de alumbrado hace que se pierda hasta un 10% en iluminación.
Colocar lámparas y tubos de bajo consumo. Utilizar lámparas de bajo consumo supone un ahorro del 80% en energía eléctrica.
Instalar interruptores temporizados que aseguran la desconexión de la iluminación tras un tiempo.
Disponer detectores de presencia que activen o desactiven la luz, en los sectores menos visitados por el personal.
Utilizar siempre que sea posible luz natural, instalando o situando claraboyas que permitan su entrada. Anualmente se consume hasta un 20% en exceso de iluminación en zonas iluminadas más de lo necesario.


Climatización
Instalar sistemas de cierre automático de puertas que eviten la pérdida de calor o el incremento de la temperatura. Los mecanismos de cierre automático permiten un ahorro de hasta un 40% en climatización.
Realizar un adecuado mantenimiento del sistema de climatización, revisando regularmente los sistemas de aire acondicionado (líquido refrigerante, sistema de aislamiento, filtros de aire acondicionado) para minimizar las emisiones de gases que destruyen la capa de ozono (CFCs) y no aumentar el consumo de energía.

Agua
Toda medida encaminada a la reducción del consumo de agua disminuirá las aguas residuales y por lo tanto minimizará los vertidos. Al mismo tiempo, supondrá una utilización racional de un bien escaso.
Instalar en los grifos dispositivos de bajo consumo o acoplar reductores de caudal, que permiten una limpieza correcta con un menor consumo de agua. La instalación de estos dispositivos permite reducir el consumo de agua desde 20 litros/minuto a 8 litros/minuto (40%).
Instalar grifos monomando, ya que regulan mejor la temperatura del agua y ahorran hasta un 50%.
 Instalar boquillas de autocierre en las mangueras. Ésto reduce hasta un 10% el consumo de agua y supone un ahorro aproximado de 30 litros/día.
Realizar un adecuado mantenimiento de la instalación de plomería para detectar fugas y evitar pérdidas de agua. Con las pérdidas y fugas se puede perder hasta un 20% de agua.
Evitar que los grifos goteen, ya que una canilla que gotea, a razón de una gota por segundo, supone un desperdicio de 30 litros de agua al día, aproximadamente un 10% de lo que consume una persona.


Limpieza
En las tareas de limpieza influyen tanto el consumo de agua como el consumo de sustancias químicas de limpieza. Dependiendo de la composición de éstas, así como su dosis de uso, se producirá una mayor o menor contaminación.
Utilizar productos de limpieza que no sean agresivos con el medio ambiente y detergentes sin fosfato ni cloro.
Emplear las cantidades recomendadas por los fabricantes. El utilizar una mayor cantidad de producto de limpieza no significa una mayor eficacia. El uso correcto de los detergentes y productos de limpieza hace que el consumo de agua necesaria para su eliminación también se vea reducido.


Residuos
El tratamiento de los residuos generados es uno de los mayores problemas ambientales. Una buena gestión de los mismos es, por ello, fundamental.
Utilizar sistemas de separación de residuos que faciliten su posterior recuperación y reciclado. De la venta de algunos de ellos pueden obtenerse incluso beneficios económicos:
Papel y cartón: Recogida selectiva. Cada 90 kg. de papel o cartón reciclado evita la tala de 2 árboles.
Vidrio: Retorno a proveedores o recogida selectiva. Por cada tonelada de vidrio que se recicla, se ahorran hasta 136 litros de gasoil. El 30% de la capacidad de los vertederos está ocupado por envases y embalajes.


Atmósfera
Las emisiones contaminantes a la atmósfera producen una degradación de los edificios y de la vegetación, así como efectos nocivos en los seres humanos.
Los vehículos utilizados para el transporte de alumnos deben cumplir las especificaciones técnicas reglamentadas: emisión de gases, ruidos, etc.

Uso del papel en la Administración y el Aula
Todos los trabajos de oficina y a nivel áulico consumen y generan residuos, cuya correcta gestión reducirá su volumen y su impacto ambiental.
Evitar el despilfarro de papel.
Utilizar papel reciclado supone un 40% de ahorro en gasto de energía y materias primas.
Fomentar el uso de sistemas informáticos que sustituyan el uso de papel.
Recoger selectivamente el papel y el cartón con el fin de reciclarlo. Por cada 90 Kg. de papel que se recogen para reciclar se evita la tala de 2 árboles
Foto de 1966 cuando estaba en primer grado
en el Colegio Marista Manuel Belgrano.
El principio de mi conciencia ambiental a través de la educación

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